El génesis del libro:
Los orígenes del libro remontan a
las primeras manifestaciones pictóricas de nuestros antepasados relatando escenas
cotidianas del entorno natural.
En China, en
el segundo milenio a. C., los libros se hacían con
láminas de bambú unidas con cuerdas, la seda fue utilizada posteriormente. En Egipto las tablillas de madera o marfil del iv milenio a. C.,
fueron reemplazadas por los volumina, rollos de papiro,
escritos con tinta, más ligeros y más fáciles de transportar.
En la edad antigua y media, los
libros eran escasos y costosos. Estaban escritos a mano y en grandes pergaminos
que eran custodiados en algunas bibliotecas. Acceder a un libro era privilegio
de pocos ya que obtener información comprendía un gran poder.
Con la imprenta, se inicia la época de expansión
bibliográfica, de la modernidad y del pensamiento crítico, facilitado en la
actualidad con el acceso a la información.
Según su etimología la palabra libro (del latín liber, libri) es una 'membrana' o 'corteza de árbol', según su concepto es una obra impresa, manuscrita o pintada en una serie de hojas (más de 49) de
cualquier material, unidas por un lado y protegidas con tapas.
Poco
parece todo lo que se diga sobre este gran invento, es demasiado frío para
describir lo que en realidad es un libro en su esencia.
Un
escritor plasma su alma, sus vivencias, sus estudios, su ser en esas páginas.
Tanta verdad se puede hallar encerrada en un frágil trozo de papel, como
emociones puede transmitir una palabra.
No dejemos que las
tecnologías nos quiten el placer de humedecer los dedos ansiosos por degustar
el ser de un libro. No importa en qué página decidas empezar, el libro te
hablará.
Sarah Dornell
No hay comentarios:
Publicar un comentario